El hecho de que la Real Academia de la Lengua Española aún no haya incorporado estas palabras a nuestro repertorio lingüistico oficial, es una clara muestra de como la dinámica de nuestra realidad rebasa en velocidad los procesos a los que estamos habituados. Las palabras Aprender, Desaprender y Reaprender son ya utilizadas y circulan en las voces de aquellos que han comprendido que ésta es la única manera de adaptarse a un futuro que ya nos alcanzó y que demanda de nosotros una rápida renovación. Resulta de suma importancia entonces entender la diferencia entre cada uno de estos preceptos para no confundirlos y caer en la equivocación de tomarlos o como opuestos o como sinónimos, cuando en realidad, forman parte de un proceso que se desarrolla cíclicamente.
Hablar de Aprender, supone adquirir conocimientos, habilidades, valores y actitudes que, posibilitados por el estudio, la enseñanza y la experiencia que nos acompaña a lo largo de la vida, busca un cambio relativamente permanente en la conducta que tiene lugar como resultado de la práctica. Hay que entender que para desaprender, primero hay que aprender.
En ese sentido, Desaprender, implica tener la capacidad de, en un momento determinado, dejar a un lado esos conocimientos, habilidades, valores y actitudes ya adquiridos, así como los esquemas mentales ya estructurados para separarlos de los nuevos que ahora cobrarán más sentido e importancia. Es cuestionarse sobre si lo que en este momento se conoce, se hace o se cree, sigue siendo vigente o pertinente.
Finalmente, una vez que hemos interiorizado que es necesario modificar las formas de actuar, de resolver o de reorganizar mentalmente la información que se tiene, es momento de Reaprender, es decir, llevar a cabo una actualización de saberes, de prácticas, de ideologías. Se trata de reintegrar o reincorporar nuevas conexiones con una meta, de filtrar lo que ya no nos es útil, con lo que aún puede ajustarse y estar dispuestos a dejar de hacer lo que usualmente veníamos haciendo.
Será entonces que, aprender, desaprender y reaprender, determinará las posibilidades de éxito de adaptación a los cambios bruscos y acelerados que se dan en la sociedad no sólo en materia tecnológica sino tambien en el cambio de paradigmas que se vive continuamente y sólo aquellos que lo logren habrán alcanzado una de las competencias fundamentales para la vida misma: Aprender a aprender.
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